jueves, 15 de enero de 2009

ENTRE LA SEGURIDAD Y EL MIEDO

Oscar Andrés Sánchez A.
Publicado en De la Urbe Prensa (Edición 42)
Crónica

El lunes 15 de septiembre de 2008 el grupo Gaula de la Policía, por petición del Comité de Emergencia de la DIAN de Medellín, realizó un simulacro de toma de rehenes en la sede de esta entidad. Este hecho generó controversia y que develó las amenazas sobre funcionarios.


Esta es la principal sede de la Dian en Antioquia. Algunos de sus funcionarios han recibido amenazas

La mañana transcurría tranquila en el edificio de la DIAN, Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, ubicado en la sede administrativa la Alpujarra. Los usuarios ingresaban luego de ser requisados por los vigilantes, y de someter sus carnés al lector de barras. A los lejos se oían las consignas de Asonal Judicial, en paro desde días atrás.

A las 09:45, una decena de hombres vestidos con chaquetas y jean irrumpieron en el primer piso portando armas de largo alcance. Inmovilizaron a los vigilantes y tomaron las escalas que conducen a los pisos superiores. En el segundo nivel, donde está ubicado el patio central, dispararon balas de salva y detonaron una granada de aturdimiento.

El pánico se apoderó del lugar. Algunos funcionarios del primer piso se arrojaron al suelo y se resguardaron debajo de los escritorios. Otro grupo se albergó dentro de la caja fuerte, que es del tamaño de una habitación. En las demás oficinas, los brigadistas cerraron las puertas y sugirieron permanecer en el suelo y conservar la calma. La policía ya tenía cercada la zona.

Los hombres armados tomaron como rehenes, en el segundo piso, a Carmen Patricia Salazar Correa, Administradora de Aduanas y Directora Regional; y, en el tercero a Gloria Cecilia Escobar Valencia, Administradora de Impuestos Nacionales. Les sujetaron las manos y, según Claudia Rodríguez, coordinadora de brigadistas de la DIAN, le exigieron a ambas desaparecer una lista de deudores.

Algunas mujeres lloraban, otros permanecían impávidos y unos cuantos trataban de tranquilizar al resto. “Yo estaba en el segundo piso. Cuando sonó la primera explosión pensé: ¡Dios mío!, esto se nos va a caer encima. A los que estaban conmigo en el suelo le dije: “¡Muchachos, recen que hasta aquí llegamos¡”, recuerda un empleado.

15 días antes, el Palacio de Justicia de Cali, ubicado en el centro de esa ciudad, había sido destruido por un carro bomba dejado, por presuntos miembros de las Farc, a la media noche. Esa explosión dejó cinco muertos, 26 heridos, y cuantiosas pérdidas materiales. Su reconstrucción le costará al Estado alrededor de 8 mil millones de pesos.


Momento en el que el Gaula de la Policía tomo como rehenes a dos de las directivas de la DIAN en Medellín (Foto: cortesía)

La DIAN está adscrita el Ministerio de Hacienda, pero con autonomía financiera y operativa. Su labor es recaudar los impuestos, que se traducen en los ingresos corrientes que financian en un cincuenta por ciento el Presupuesto Nacional. Tuvo su origen a mediados de 1993, luego de que se fusionaran el DIN, Dirección de Impuestos Nacionales y el DAN, Dirección de Aduanas Nacionales.

Minutos de tensión

Ya habían transcurrido 20 minutos desde que inició la toma. Un negociador había intentado infructuosamente llegar a un acuerdo con los bandidos. Entre tanto, veinte efectivos del Gaula hacían su ingreso por el sótano, ordenando a todos permanecer en el suelo. Ingresaron a las oficinas donde tenían a las rehenes, inmovilizaron a los bandidos, liberaron a las rehenes y les pusieron chalecos del Gaula. Luego, dieron la orden de evacuación del edificio. A las 10:35 de la mañana salieron de uno a uno los funcionarios, los vigilantes, los brigadistas y los directivos, algunos todavía pálidos, y se fueron enterando de que el peor susto que habían tenido en su vida, se trataba de un simulacro. Las reacciones no se hicieron esperar.

Un par de señoras sufrían de pánico. Los brigadistas y algunos miembros de la Cruz Roja trataban de calmarlas. Nidia Vásquez, quien lleva 34 años en la entidad, antigua brigadista y hoy encargada del Archivo de Gestión de la División de Recursos Físicos, era una de las más trastornadas. Le tocó observar el inicio de la toma desde la ventana de su oficina, ubicada en el segundo piso.

“Cuando sonaron las balas, entré en shock. La Jefa de Desarrollo Humano me dijo que si continuaba llorando, la iban a evaluar mal. No recuerdo como me bajaron. En el pasillo me flaquearon las piernas y fui llevada a Saludcoop, allá me controlaron y estuve toda la semana en la casa. Últimamente, se me dificulta conciliar el sueño y me sobresalto con el mínimo ruido”, sostiene Nidia.

Otras dos personas fueron llevadas a centros asistenciales, recibieron atención médica, pero no fueron incapacitados. De acuerdo con algunos funcionarios, varias personas pensaron en lanzarse al vacío desde el tercer piso. Después del medio día, retornaron a sus lugares de trabajo, algunos aún con miedo y otros riéndose y contando su experiencia.


Reacciones encontradas

“Uno nunca está preparado para una cosa como esa. Si hoy o mañana se presenta en realidad este hecho, uno pierde el control, nadie sabe como va a reaccionar. Este traumático simulacro no sirvió sino para aumentar el pánico y el estrés entre los empleados”. Puntualizó un funcionario. Una de las empleadas del primer piso piensa diferente: “Ese sustico estuvo bueno. No sé por que tanto escándalo. Uno tiene que estar preparado para cualquier cosa”.


Según las directivas de la DIAN en Medellín, a los usuarios que ingresaron minutos antes del simulacro se les entrego un papel donde se les avisaba del hecho

Otro oficinista comentó: “en 35 años al servicio de esta entidad no había sentido nunca semejante pánico. Este simulacro fue fuerte y agresivo, faltó información y consideración. El sindicato va a demandar a los responsables del traumático incidente. ¿Por qué no lo hicieron en la Alcaldía o la Gobernación, o es que allá no hay amenaza?”

Eligio Palacio Betancur, funcionario de Aduanas, sostiene que denunció, ante la Unidad de Derechos Humanos de la Procuraduría Regional de Antioquia, a la Directora Regional de la DIAN, pues considera que no hubo un simulacro sino un experimento, real y creíble. “A diario recibimos sobornos y amenazas. Hace poco me dijeron a través de una llamada telefónica que iban a tomar medidas conmigo por que estaba investigando mucho. Muchos compañeros imaginaron que venían por ellos. Si hubieran avisado se habrían evitado secuelas”, sostuvo Betancur.

Si bien el obsoleto Código Nacional de Policía, o Decreto 1355 de 1970, no se refiere a los procedimientos para hacer un simulacro, según Carlos Iván Márquez, Director de Socorro Nacional de la Cruz Roja, entrevistado por Caracol Radio el 16 se de septiembre, para realizar un acto como estos se debe tener un guión previo que ha de ser conocido por todas las personas implicadas.


“La persecución fue contra mí”: Directora regional

El Director Nacional de la DIAN, Oscar Franco Charry, se enteró por los medios de comunicación de lo acontecido en Medellín y, a través de un comunicado, consideró desproporcionado el evento y ofreció excusas institucionales a todos los funcionarios y demás personas que se sintieron perjudicadas. Los noticieros de televisión se dedicaron a mostrar a las mismas personas alteradas y a las dos señoras que fueron remitidas a urgencias.

“Si hubiéramos avisado, no sería un simulacro, y no lo hubieran tomado en serio. El factor sorpresa permite medir el tiempo real de evacuación. Sin embargo, reunimos en un lugar especial a los funcionarios más vulnerables, enfermos y de edad avanzada. A las embarazadas les dijimos que podían venir después de las 11 de la mañana. Y a los usuarios, se les entregaba un volante al ingreso donde se alertaba sobre el simulacro. Eso no lo dijeron los medios”, sostuvo Carmen Patricia Salazar, Directora Regional de la DIAN.

La DIAN tiene 25 brigadistas, ellos fueron los encargados de mantener la calma y coordinar la evacuación. Según Claudia Rodríguez, coordinadora de brigadistas, se hicieron dos entrenamientos previos con todos los brigadistas el 10 y el 13 de septiembre, en horas de la noche. “La ARP, la Defensa Civil y la Cruz Roja estuvieron acompañando la evacuación. Afuera se tenía una tripulación móvil por si se presentaba alguna emergencia”.



Voces de protesta se escucharon de parte de varios funcionarios que ignoraban el simulacro solicitado por el Comité de Emergencia de la DIAN en Medellín.

La decisión de realizar el simulacro, como lo consagra una resolución interna de la DIAN, fue tomada por el Comité de Emergencia de esta entidad, conformado por los directivos y un miembro de la ARP. De acuerdo con Salazar, el objetivo era cumplir con uno de los requisitos de los riesgos profesionales sobre toma de rehenes y evaluar la reacción y el tiempo evacuación, y desde el principio contaron con la colaboración de la Policía Nacional.

Funcionarios amenazados

Lo que quedó claro, luego del zaperoco armado alrededor del simulacro, es la situación de riesgo a la que están sometidos los funcionarios de esta entidad: “La Jefa de División de Fiscalización Aduanera, Alba Mónica Ramírez Osorio, tiene amenazas serias. Esto significa que en cualquier momento podemos ser blanco de un secuestro o atentado. Hace cuatro años, la funcionaria que administraba esta división fue abordada por motorizados cuando se dirigía a su casa y recibió siete impactos de bala. Afortunadamente sobrevivió; ese es el costo de luchar contra el contrabando”, afirmó Carmen Patricia Salazar.

En Medellín, esta unidad administrativa especial, en 2007 recaudó seis millones 477 mil 789 pesos, 9,5 por ciento más que el año 2006, por concepto de impuesto de renta, IVA, retenciones, sanciones, seguridad democrática y patrimonio, pese a que, según la Asociación Nacional de Comercio Exterior, ANALDEX, el negocio del contrabando mueve120 mil millones de pesos anualmente en Antioquia. De acuerdo con la Directora Regional, este departamento aporta aproximadamente el 10 por ciento de los ingresos corrientes de la nación.

En lo que va de 2008, la Policía Fiscal y Aduanera ha adelantado más de cinco mil acciones contra contrabandistas y 938 se han traducido en decomisos por alrededor de mil cien millones de pesos; pese a esto, los productos de contrabando circulan por las calles de Medellín y por los pueblos de Antioquia como billetes de mil; y los sobornos y amenazas contra los funcionarios de la DIAN, continúan. Quién sabe si estos simulacros, también.

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